martes, 28 de septiembre de 2010

Sucesión de De la Rúa





Eduardo Duhalde, designado por el Congreso Nacional para suceder al presidente De la Rúa.
Asume la presidencia de la Nación en forma interina el presidente provisional del Senado, Ramón Puerta. El día 23 de diciembre se reúne la Asamblea Legislativa, que nombra como presidente provisional de la Nación al hasta entonces gobernador de la provincia de San Luis por el Partido Justicialista, Adolfo Rodríguez Saá. En su discurso en el Congreso de la Nación, el flamante presidente anuncia el "default", o cesación de pago de las obligaciones por préstamos a los diferentes organismos internacionales de crédito, y a particulares que tuviesen en su poder títulos de la deuda pública argentina.
Una serie de nuevos enfrentamientos, en Casa de Gobierno y en el Congreso Nacional entre algunas facciones más radicales de los manifestantes que continuaban acercándose a los edificios de gobierno, y las fuerzas de seguridad, ponen nuevamente en jaque la estabilidad de este nuevo gobierno. Se oyen repulsas contra los miembros de la Corte Suprema de Justicia, contra miembros del nuevo gabinete, y contra senadores y diputados, que no contaban con el apoyo popular. El lema más recordado de los manifestantes era el "que se vayan todos", que resumía el descontento que sufrían las gruesas mayorías de la población, respecto de la clase dirigente. Algunos enfrentamientos tuvieron lugar dentro del palacio del Congreso de la Nación y se produjeron pequeños incendios y rotura de cristales y mobiliario. Sin el apoyo de importantes gobernadores, aún de algunos de su mismo partido político, el efímero presidente de la Nación, Rodríguez Saá decide presentar su renuncia al cargo, hacia el día 30 de diciembre.
Asume la presidencia en forma interina el hasta entonces presidente de la Cámara de Diputados,Eduardo Camaño. El Partido Justicialista propone a Eduardo Duhalde como presidente provisional. El 31 de diciembre la Asamblea Legislativa aprueba la propuesta por gran mayoría, y Duhalde asume el cargo el día 2 de enero de 2002. Pocos días después de su acceso al poder, el nuevo primer mandatario dispuso sus primeras medidas para hacer frente a la crisis económica: abandono del tipo cambiario fijo, devaluación del peso, pesificación de la economía (incluidos depósitos bancarios) y la distribución deplanes sociales para atenuar los efectos de una economía en recesión y había incrementado la pobreza e indigencia hasta índices nunca vistos antes en la Argentina.
En abril de 2002, el ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, dimitió ante las protestas suscitadas por el denominado "Plan Bonex", que preparaba junto a Duhalde para canjear por bonos de deuda pública los depósitos bancarios a plazo inmovilizados. Los demás miembros del gabinete pusieron también sus cargos a disposición del presidente, el cual aceptó, entre otras, la renuncia del jefe de gobierno, Jorge Capitanich, y designó titular de Economía a Roberto Lavagna; quien anunció que no se produciría el retorno a un tipo de cambio fijo (siguiendo así las recomendaciones del FMI) y que persistirían las restricciones bancarias. El gobierno vio cumplidos algunos de sus principales objetivos en junio: el Senado derogó la llamada Ley de Subversión Económica, se acordó un pacto fiscal con los gobiernos provinciales para reducir en un 60% su déficit, y se dispuso un nuevo Plan Bonos. Pero el eje del programa gubernamental, cumplir las exigencias del FMI para recuperar su ayuda económica, generó todo tipo de actitudes opositoras y agudizó la conflictividad social. Pese a que la crisis continuó, el gobierno intentó normalizar progresivamente el sistema financiero; en noviembre de 2002, casi un año después de su implantación, finalizaron las restricciones para retirar efectivo de cuentas corrientes (acababa así el llamado "corralito"), y en marzo de 2003 se levantaron las limitaciones para retirar fondos de depósitos a plazo fijo (el denominado "corralón").
El 26 de junio de 2002, se produce la Masacre de Avellaneda en el que el gobierno nacional ordenó la represión de una manifestación de grupos piqueteros. Ante este hecho Duhalde anticipó seis meses el llamado a elecciones presidenciales y anunció que no iba a volver a presentarse.

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